Y si no es la vida y no es la Naturaleza, es la lectura, es
la vida y la naturaleza de la lectura, durante largos trechos enteros, una y
otra vez, sólo la naturaleza de la lectura, la vida de los libros, los
periódicos, de todos los escritos posibles, tender un puente sobre la
Naturaleza interrumpida, omitida, por medio de la lectura, que es como la
Naturaleza, que es como la vida. Porque no siempre podemos, y ningún organismo
es capaz de ello, asimilar la Naturaleza, no podemos asimilar la vida como Naturaleza,
largos trechos, durante años sólo como
lectura, la Naturaleza de los periódicos, de lo escrito. En muchos idiomas,
para variar. Interrumpimos en puntos determinados de nuestra existencia la
naturaleza de nuestra existencia, y seguimos existiendo nada más que en los
libros, en lo escrito, hasta que otra vez tenemos la posibilidad, muy a menudo
como otro, siempre como otro, siempre
como otro subrayado, de existir en la Naturaleza, y seguimos existiendo en la
Naturaleza. No aguantaríamos ininterrumpidamente una vida en la Naturaleza, que
es siempre una Naturaleza libre, y por eso, una y otra vez, salimos de la
Naturaleza, únicamente por una razón de supervivencia, entramos en la lectura y
vivimos así en la lectura durante largo tiempo y sin ser molestados. La mitad
de mi vida no he vivido, existido, en la Naturaleza, sino en la lectura como
Naturaleza, y sólo por esa mitad me ha sido posible la otra. O existimos en
ambas, en la Naturaleza y en la lectura como Naturaleza al mismo tiempo, con
esa tensión nerviosa extrema que sólo es posible un período brevísimo, si existe
como conciencia. La pregunta no puede ser, vivo en la Naturaleza como
Naturaleza, o en la lectura como Naturaleza, o en la Naturaleza como lectura, o
en la naturaleza de la naturaleza de la lectura, y así sucesivamente, así
Roithamer.-
:: Korrektur [Corrección] de Thomas Bernhard (1975).-
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